jueves, 18 de septiembre de 2008

"Mi" vida normal

Biel, seguramente la persona que más me conoce, me dijo hace poco: “Una cosa es hacer vida normal y otra cosa es hacer “tu” vida normal”. Se refería sin duda a que en condiciones normales acabo haciendo un montón cosas en un día. Con lo que he hecho hoy habría que darle la razón.

Ayer acabé con las inyecciones para regenerar la médula ósea (gracias, Xisco) que tan poco me gustan y esta mañana ya me he levantado mucho mejor. Las náuseas no han desaparecido, pero ni estaba tan cansada ni tenía mareos, así que he empezado a moverme, que el fin del mes se acerca y el primer día de octubre ya cuento con dormir en mi nuevo piso.

Para empezar, con mi padre de copiloto por si me daba un jamacuco en el camino, por la mañana he ido hasta Pollença. He visto cómo me ha quedado la cocina (muy bien, excepto por dos detalles que sospecho que me costarán una discusión mañana y algunos dolores de cabeza en los días siguientes) y he hablado con el del parquet (que me está quedado precioso; el parquet, no el que me lo está poniendo). Por la tarde, he ido a que me arreglaran el pelo y después de médicos: tenía hora con El Hombre Que Nunca Sonríe y después he ido a que me prorroguen la baja. Finalmente, he cerrado El Corte Inglés (de verdad, en la planta del aparcamiento donde yo había dejado el coche el mío era el único) porque tenía que comprar más accesorios de esos supuestamente necesarios para una vivienda. Prometo que ni me he parado en las plantas de ropa, lo cual demuestra que ahora mis tres preocupaciones principales son: primero, el piso; segundo, el piso; y -¡sí, lo habéis adivinado- tercero, el piso.

Hoy El Hombre Que Nunca Sonríe ha batido un récord: mascaba chicle y miraba el móvil mientras hablaba conmigo. Me he dado cuenta de que evita el contacto visual a toda costa. Ya está que la cita que tenía esta tarde era para examinarme las cicatrices, pero es que ni ha mostrado un mínimo de curiosidad por el tratamiento que me están poniendo y que él no sabía porque, como ya he explicado, en la medicina privada los diferentes médicos son compartimentos casi estancos. Yo le he enseñado el protocolo de lo que me hacen y él le ha echado un vistazo más por compromiso que por otra cosa. Desde que he entrado por la puerta de su despacho hasta que me ha despedido con un “ven a verme cuando hayas acabado con la radioterapia” han pasado exactamente seis minutos, y ni siquiera tenía la excusa de que hubiera gente esperando ni de que yo fuera la última y tuviera ganas de irse a su casa (se lo he preguntado a la enfermera al salir). Simplemente, él debe de considerar que su labor ya ha terminado y que, por lo tanto, no tiene que prestarme ni un mínimo de atención. Hay cosas que no cambian nunca. Hablando de eso: ni una revista nueva en la mesa de la consulta. Es más, las que llevé y dejé las últimas veces habían desaparecido. ¿Formará parte de una especie de tortura psicológica, dirigida a anestesiar a las pacientes para evitar cualquier tipo de conflicto, el hecho de que te obliguen a releer una y otra vez las noticias de hace un año?

Ahora se me cierran los ojos. Mañana, más y mejor, siempre y cuando las fuerzas me respondan. Buenas noches y buena suerte (¡no me he podido resistir, lo siento!).


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Toñi,

no sé si lo recordarás, pero el año pasado me dijiste en una ocasión que sentías que me faltaba motivación y me aconsejaste reanudar el curso una vez tuviera claras las ideas, yo acepté el consejo como así creí oportuno.
Este año he empezado con muchas más ganas y tengo que reconocer que tenías mucha razón.

Después de varias semanas que me he enterado de lo que te pasa me he decidido a escribirte, tampoco sé muy bien que decirte pero sé que te animará saber que me ayudaste a salir de un "bache", tengo que reconocer que esa sinceridad espontánea que te caracteriza y que tantas veces me ha hecho reír a mí y a muchos en clase, deja ver en todas las entradas de este blog que eres una persona fuerte y luchadora.

Al fin y al cabo, la vida esta formada por etapas y esta es una etapa más que vas a superar y de la que seguro que un día cuando todo haya pasado y mires atrás, sonreirás pensando en lo afortunada que eres.

Ánimo Toñi, porque no te imaginas cuanta gente desde sus casas hace fuerza y piensa en ti para que esta etapa pase cuanto antes y vuelvas aunque bajandonos nota por faltas de ortografía, pero vuelvas a compartir con nosotros algunas de tus experiéncias que tanto nos gustan escuchar y nos hacen reír.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Buenas noches Toñi,
Ni se te ocurra tomar un disgusto con la cocina, los disgustos hay que darlos , no tomarlos.
Al contrario que tú yo si he estado en tu tierra y por cierto me encanta, pero ahora no descarto encontrar un vuelo barato e irme un día para comer contigo (cuando recuperes el gusto), de todas decirte que si no conoces Murcia en casa tienes un "rinconico" para quedarte cuando quieras.
Bueno me alegro que estes un poco mejor, al Hombre que nunca sonrie que le den...que tu te curarás el tendrá que seguir estando en el mismo sitio.

Un beso Muy fuerte desde Murcia.
Lola P.

María Antonia Valdivielso dijo...

Anónimo,

Tengo que reconocer que no quién eres, porque las palabras que tú citas se las dije a dos personas de mi tutoría el año pasado. Diría que eres Jennifer, pero no acabo de estar segura. Sácame de dudas, por favor.

Evidentemente, cuando vuelva a clase volveré a bajaros la nota por ortografía y por lo que haga falta, que una cosa es que me haya vuelto un poco blandita sentimentalmente y otra que en la vida académica vaya a bajar el listón. En el fondo, aunque algunos no lo entiendan así, es por vuestro bien.

Espero de verdad volver pronto y haceros reír mucho. Un abrazo.

María Antonia Valdivielso dijo...

Lola,

Estás más que invitada. Como habrás visto, mi nuevo piso tiene tres habitaciones, así que te haré un huequito si quieres quedarte a dormir. Me haría ilusión ir un par de días a Murcia y conoceros a Isabel y a ti. Me parece un buen plan.

Nunca había pensado lo de El Hombre Que Nunca Sonríe como lo has hecho tú. No puedes tener más razón: yo me pondré bien y él seguirá tratando cánceres de mama. Sólo espero que esos alumnos tan estupendos que he tenido y que ahora estudian medicina demuestren un poco más de humanidad que él. Estoy segura de que lo harán.

Un abrazo, guapa.

Anónimo dijo...

Pues no tienes nada más que organizarlo y avisar, yo del 23 al 27 de Octubre voy a estar en Italia, a parte de esas fechas y hasta Navidad estoy libre, después ya empezaré con las operaciones.

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Aeropuertos a los que volar, Alicante y San Javier (Murcia)

Un besazo
Lola P

Anónimo dijo...

Hola Toñi,

somos alumnas tuyas este año, alumnas nuevas, supongo que no nos conoceras, pero nosotras a ti si.
Esperamos que puedas venir pronto a hacernos clase,
un besito y cuidate mucho,
esperamos verte pronto.

Angels y María

María Antonia Valdivielso dijo...

Ángels y Maria,

¡A ver! ¿Qué estáis haciendo entrando en el blog a las 10:33 en lugar de estar en el patio tomando el aire o de camino ya para llegar a clase puntuales?

Gracias por los ánimos y espero que, a partir de ahora, empecéis a poner acentos... ¡Es broma!